La edad media de diagnóstico de la psoriasis se sitúa entre los 15 y los 30 años y en el 75% de los casos se diagnostica antes de los 40. Se trata del tramo de edad más fértil en las mujeres, lo que supone un impacto añadido de la enfermedad en sus planes de vida. Según los datos de una encuesta, el 88% de las mujeres con psoriasis con deseos de tener un hijo lo primero que hace es buscar información en internet, pero sólo un 21% lo consulta con su médico. De hecho, se ha observado que menos de 1 de cada 10 mujeres comentan con su médico su deseo gestacional por iniciativa propia. Por ello, es necesario que haya una mayor complicidad entre las pacientes y el médico para planificar un posible embarazo.
Mujer y embarazo
Observando datos generales, se puede ver cómo la prevalencia de embarazo en las mujeres con psoriasis es menor que en la población general. Aunque las razones son inciertas, podría deberse a un menor deseo de maternidad, miedo a un empeoramiento de la enfermedad, temor a los efectos de los tratamientos de la psoriasis sobre el feto o a una disminución de las relaciones sexuales. Como resultado de todo esto, a lo que se suma la estigmatización que sufren los pacientes con psoriasis, las mujeres con esta enfermedad tienen menos hijos (más de un 50% menos) que la población general y llama la atención que, aproximadamente, la mitad de los embarazos en mujeres se producen sin planificación previa.
La mayoría de las mujeres se dan cuenta de que están embarazadas entre las semanas 4 y 7, lo que coincide con una fase crítica del desarrollo del feto, motivo por el que los especialistas consideran que se deben valorar los efectos de las opciones terapéuticas empleadas en todas las mujeres con psoriasis en edad fértil con vida sexual activa, independientemente de los deseos de formar una familia.
Por tanto, si eres mujer joven en edad fértil y sufres psoriasis, no dejes de hablar con tu médico acerca de la planificación familiar o le comentes tus deseos de formar una familia con el objetivo de que puedas planificar el embarazo de la mejor manera posible.
La psoriasis puede mejorar durante el embarazo
También es importante destacar que, al igual que en las enfermedades reumáticas, la psoriasis suele mejorar con el embarazo en un 55% de los casos o permanece estable en un 21%, pero empeora en el postparto en un 65% de las veces. De hecho, más de la mitad de las mujeres experimentan brotes postparto. Son situaciones que es mejor conocer con antelación para realizar un balance de los riesgos del tratamiento y de los riesgos de una enfermedad descontrolada.
Varios estudios recientes observan que la psoriasis podría incrementar el riesgo de complicaciones en el embarazo, como diabetes gestacional, hipertensión gestacional, preeclampsia, parto prematuro, bajo peso al nacer y cesárea tanto programada como de emergencia. De ahí la importancia de que la mujer con psoriasis mantenga la enfermedad controlada durante el embarazo, evitando fases de exacerbación, y para ello el tratamiento que reciba ha de ser el adecuado para este periodo vital.
Tengo psoriasis y quiero tener hijos, ¿qué debo hacer?
Consejos para futuros padres y madres con psoriasis
Las opciones de tratamiento de la psoriasis son hoy significativamente mejores que hace sólo unos pocos años. Sin embargo, es posible que algunos tratamientos puedan causar daños al bebé. Por lo tanto, es esencial discutir las opciones con tu especialista.
El embarazo en sí es un momento en el que se experimentan muchos sentimientos como la excitación, la felicidad, el nerviosismo e incluso el miedo. Cada embarazo es diferente, y cada mujer embarazada es única. Se debe elaborar un plan de tratamiento adaptado a cada mujer y no abandonar el tratamiento sin más, pues mantener la enfermedad controlada es importante para evitar complicaciones en el embarazo. También debemos tener en cuenta el posparto y el periodo de lactancia materna, ya que algunos tratamientos pueden pasar al bebé a través de la leche materna. Cuenta con tu especialista para elaborar ese plan de tratamiento y procura que dermatólogo y ginecólogo trabajen juntos en el seguimiento de tu embarazo.
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